Berta Cáceres fue asesinada para neutralizar la resistencia al proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, impuesto ilegalmente sobre el sagrado río Gualcarque, y la lucha del COPINH por la reivindicación de sus derechos como pueblo indígena Lenca. Inversiones Las Jacarandas S.A, propiedad de la familia Atala Zablah, fue una de las inversionistas mayoritarias para que la empresa DESA se constituyera y conformara una estructura criminal que utilizó sus influencias económicas y políticas para desarrollar ataques sistemáticos en contra de Berta Cáceres y el COPINH, lo que culminó con su asesinato y el de otros integrantes que fueron parte de la lucha en defensa de su territorio.